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La música también sufre la crisis PDF Imprimir Correo electrónico
Valoración de los usuarios: / 12
PobreEl mejor 
Escrito por Helio   
Martes 29 de Julio de 2008 09:40

Aunque no lo parezca, el mundo de la música es probablemente uno de los más sensibles ante situaciones de crisis y/o recesión económica.


En la coyuntura especial que afecta a España, todo el mundo habla de las subidas en los precios del petroleo y en las tipos de interés marcados por la UE, pero nadie recuerda las tremendas repercusiones que tienen esas calamidades sobre el frágil mundo de la música.


Todos los agentes de nuestro pequeño mundo sonoro se ven afectados:


-El encarecimiento del transporte afecta directamente a todos los precios del mercado: Desde el coste de una púa en la tienda habitual hasta el de un macro-concierto de verano, a todas partes llegan esas importantes subidas y la retracción de la gente a la hora de gastarse el escaso dinero circulante.


-Las tiendas locales tienen serios problemas de previsión de ventas y rotación de stock. El mercado sufre un importante estancamiento, y eso hace que nadie sepa muy bien que tener en almacén para poder atender sus ventas del día a día. Si no tiene algo, ya sabe que puede perder una venta, pero si tiene demasiados productos similares, puede tardar muchos meses en venderse y ese inmovilizado es siempre costoso y más aún si se ha tenido que financiar su compra. No olvidemos que el dinero cuesta más actualmente, y también cuesta más de conseguir ante la sequía bancaria.


-Las grandes tiendas que ofrecen sus productos por Internet, tienen la ventaja de estar más preparadas para vender a precios competitivos ya que compran mayores cantidades. No obstante, también tienen su propia problemática: Si su stock no se renueva con la misma velocidad que antes, sus costes financieros se disparan. El dilema es el mismo que en las pequeñas tiendas, pero agravado por el enorme valor de sus almacenes: Tener 20 Les Pauls, es una gran ventaja a la hora de vender, ya que el cliente tiene donde elegir, pero puede ser un lastre tremendo si solo vende una al mes y con márgenes reducidos.


-Los locales de conciertos están preocupados porque pueden pinchar seriamente a la hora de organizar un evento. Es posible que la gente disponga del mismo dinero que antes para asistir, pero ante las dudas y la necesidad de ahorro, cabe la posibilidad de que esos potenciales clientes prefieran comprarse unas cervezas y ver una película en su casa sentados ante la TV. Sencillamente, sale más barato que irse a un concierto, pagar entrada y tomarse unos combinados. Eso hace que los grupos punteros que siempre llenan, sigan teniendo sus giras programadas, pero afectará a los grupos noveles cuyas garantías de éxito no son las mismas.


-La renovación de material por parte de los grupos se hace cada vez más cuesta arriba: Si los bancos no prestan dinero, o lo prestan con un exceso de garantías, muchos grupos van a renunciar a ampliar o renovar su equipo. Eso evidentemente va a perjudicar las previsiones de ventas de quienes ofrecen ese material.


En resumen, como ocurre siempre en situaciones de sequía económica, la cadena se rompe por el eslabón más débil. Los músicos son personas como las demás, y en su mayoría, deben hipotecas y tienen créditos como cualquier otro ser humano. Ya que hay que seguir haciendo frente a una hipoteca cada vez más cara, y a un combustible que sube y sube, de algo se tienen que privar, y será siempre de la guitarra soñada, del amplificador, o de ese pedal que tanto apetecía.


Por otra parte, los poderes públicos siempre catean ante la asignatura musical: A efectos impositivos, se sigue considerando un instrumento como un artículo de lujo, el cual sigue estando gravado por el más alto tipo de IVA, aunque el comprador sea un músico profesional que vive de su instrumento. Eso es algo realmente increíble en una sociedad moderna: Del mismo modo que un profesional del transporte es tratado de forma diferente cuando se compra un vehículo, nadie se explica el porque un profesional de lo música no goza de ciertas ventajas al comprar su herramienta de trabajo. Por ejemplo un Taxista tiene por ley descuentos y reducción de impuestos al comprar su vehículo,  ¿porque un músico profesional no los tiene ? ¿Acaso merece menos consideración que un Taxista?


Por otra parte, aunque hablemos de un músico aficionado (el caso de la mayoría de nuestros lectores), no tiene sentido que un instrumento o un concierto, paguen las mismas tasas de impuestos que el alcohol de un botellón. La música no es un lujo innecesario señores, tampoco es una actividad molesta y nefasta (salvo la de algunos grupos metaleros Laughing -Es broma-). La música es creatividad y realización de unas personas que encuentran la vía de su felicidad en un mundo cada día más hostil y deshumanizado. Precisamente, y aprovechando estas crisis, el gobierno de turno debería buscar caminos ingeniosos para paliar el desánimo de los que sufren sus consecuencias, y fomentar cualquier tipo de actividad artística que tienda a paliar el negro panorama vital. Nuestros gobiernos no solo deberían ser máquinas de gestionar impuestos, se supone que, según la constitución, tienen la obligación de fomentar el libre acceso a la cultura. A ver si se enteran... Embarassed

Ultima actualización ( Martes 29 de Julio de 2008 14:09 )
 
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